Rotlando brandió su espada cuajada de antigua luna,
contra el tiempo de la roca: su sangre en la tierra dura
fecundó voces latinas que repitieron la gesta:
Durendal, contra la piedra en vano fuiste ferida.
Las marcas quedaron hondas como signos de la werra
después de que en la batalla los doce pares murieran.
S.D.
domingo, 9 de septiembre de 2007
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