jueves, 6 de septiembre de 2007

Batalla

Halalé, gritan al alba,
un fragor que se despierta entre las huestes,
entre el hierro, entre escudos y caballos.
Halalé, corre la sangre
y en el pecho late fiel a la alta Casa
-saltan recios los cuerpos a la fría mañana
y se templan los brazos en la bruma-.

Halalé, ya el enemigo está a la puerta
y se alzan los escudos por el amor del pueblo,
por amor del alto Rey, en defensa de la Casa
y por amor de Aquél el corazón retumba.

Halalé, oh Dios,
hacedme fiel y fuerte,
cuando griten halalé
en los campos de la guerra.
Hacedme fiel y osado,
Señor de las Huestes,
cuando haya ruidos de espanto
en el golpe de los hierros.
Ayudadme, oh Dios,
en la fiera batalla
por amor de tu pueblo,
a entregarme a tus manos,
en la fiera batalla.

Halalé,
mi corazón es tuyo
y mi sangre y mi cuerpo.
Halalé,
mi corazón es el Tuyo
por Tu sangre y Tu cuerpo.

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